"Intentamos cambiar el mundo aunque el futuro pinte turbio" (LCDM)

domingo, 10 de noviembre de 2013

LOS JÓVENES DE HOY EN DÍA


La homogenización de la juventud nace en el mismo instante en el que nos denominan con el término: "jóvenes". Al parecer hacen referencia a un grupo o conjunto uniforme en el cual sus miembros somos todos iguales, todos nos regimos por el mismo patrón de conducta, por la misma forma de pensar, iguales intereses o actitudes ante la vida. Lo más triste es que esto no se aleja mucho de la realidad en la que vivimos.

La mayoría de nosotros somos uno más. Pertenecemos a la sociedad que, queramos o no, nos guía y manipula según los fines y propósitos de los que manejan los hilos de esta. Parecemos marionetas, cabezas vacías de pensamientos e ideas propias que hacen lo que les es mandado por titiriteros despiadados cuyos fines últimos son ellos mismos. Vivimos en la edad de tas tecnologías y que mejor forma de manipulación que estas. Hemos permitido que las nuevas tecnologías, en especial internet y las redes sociales, junto a la televisión, la radio, los periódicos... nos laven el cerebro dejándolo vació para llenarlo de unas ideas preconcebidas totalmente artificiales. Algunos podrán criticar esto diciendo que ellos no se dejan llevar por la masa, que son revolucionarios y rebeldes opuestos al sistema. Esta muy bien querer pensar por uno mismo, distinto a lo que el resto le dice que tiene que pensar o como hacerlo. Sin embargo hay que recordar que las palabras se las lleva el viento pero los hechos permanecen en la historia. No solo hay que decirlo sino también hacerlo.


La juventud tiene que ponerse las pilas para pensar por ella misma. Todavía estamos a tiempo de darle la vuelta a la tortilla y empezar a cambiar el mundo aunque el futuro pinte turbio. En cada uno de nosotros hay un pensador, un pequeño filósofo y revolucionario deseando salir de su encarcelamiento y expresar libremente. Oponerse al sistema no tiene porque ser ir con piedras y palos contra políticos, la policía... basta con pararse a pensar un ratito. El problema esencial reside en la falta de interés o inquietudes por cambiar ya que por naturaleza somos seres vagos que vivimos mejor cuantos menos obstáculos y dificultades encontramos a nuestro paso, es decir, vivimos mejor en una sociedad construida sobre unas ideas y bases fáciles de seguir.

Los jóvenes somos el presente, el futuro y el pasado. Tenemos que hacer un reflexión individual acerca de lo que hemos hecho hasta la fecha. Sabiendo que lo hecho, hecho está, y se aprende más con los daños que con los años. Reflexionar también acerca de lo que estamos haciendo hoy en día con nuestras vidas. Si el camino que seguimos es el que de verdad queremos o no. Así como lo que podemos cambiar o mejorar. Y por último y no menos importante, lo que queremos en el futuro. Donde queremos vernos dentro de un tiempo con la satisfacción de haber hecho lo que realmente queríamos, siguiendo haciendo bien aquellas cosas que ya hacíamos bien y aprendiendo de los posibles errores que hayamos podido cometer a lo largo de nuestras vidas.

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