Está claro que
vivimos en una época de crisis económica muy acusada, lo que nos ha condenado a
una crisis social y a cuestionarnos, con razón, a los políticos que nos
representan. Esa pregunta constante que nos hacemos día a día los ciudadanos de
este país sobre quién o quiénes son los culpables, quién nos ha llevado a esta
situación. Las culpas, en la mayoría de los casos, se las achacamos a la clase
política.
Esta opinión
generalizada entre la sociedad no es
ficticia, ya que día tras día los políticos nos dan motivos para desconfiar y
dejar de creer en ellos. Rara es la
semana en la que no nos encontramos en las noticias escándalos de corrupción y
de chantajes políticos. Y por si no fuera poco, su estatus social les da
privilegios inmerecidos ante la ley, y la justicia deja de ser justicia. Estas
palabras nos llevan a tratar temas tan sensibles como la no imparcialidad en
los jueces, personas que han estado afiliadas y han cobrado sueldos de partidos políticos no deberían
ejercer como jueces. Nos deberíamos plantear cómo no hay ninguna regulación en este aspecto, ya que por
ejemplo, en algo tan sencillo como es un partido de fútbol un árbitro en activo
no puede ser socio, ni haberlo sido de un club profesional.
Uno
de los últimos grandes escándalos de corrupción ha sido el caso Noos, que
supera nuestros límites de comprensión. Cómo puede ser que una persona que
habiendo ganado tanto dinero en su carrera deportiva, además de tener la vida
económicamente solucionada por ser el marido de una de las infantas, esté
imputada por malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de
capitales. Esto no ocurre solamente a gran escala y en casos de una repercusión
social y mediática muy importante, sino que también sucede en pequeños
ayuntamientos, pero pasan más desapercibidos.
A la hora de
elegir a nuestros representantes, depositamos nuestro poder en aquellos
partidos que creemos que tienen mejores ideales, los cuales en sus campañas
electorales se ganan nuestra confianza a base de vendernos unas propuestas que
posteriormente no podrán cumplir. No creo que estos políticos vayan con la idea
de robar desde un principio, sino que una vez que llegan al poder no se rodean
de la gente adecuada y pierden sus ideales y sus propuestas electorales ante la
posibilidad de conseguir grandes cantidades de dinero fácil. En mi opinión,
todas estas personas a las que criticamos todos los días solamente son la
cabeza visible de un gran grupo de personas que les rodean, que son los
verdaderos culpables de esta situación.
Si ya de por
sí estamos viviendo una dura época de crisis, en la que los problemas son
difíciles de afrontar, y cualquier situación se agrava, estos escándalos
provocan que la sociedad esté tensa y molesta. Aunque la gente en un principio
pensó que esta crisis se solucionaría con el paso del tiempo, se ha visto que
no es así, y cuando los problemas los sufres más de cerca es cuando realmente
te interesas por el tema e intentas buscar soluciones. Por eso, ahora las
manifestaciones son más numerosas. La gente se ha dado cuenta de que es parte
del problema, pero también parte de la solución. Y ese es el camino que se debe
seguir, junto con la ayuda de políticos verdaderos, con una mayor personalidad,
mejores valores y concienciados por la causa.
Raúl Ilundain López, Amadeo Villanueva Álvarez, Borja Pérez Soto